Edición: Octubre – Diciembre 2020
Descargar este artículo en pdf
Dra. Yaqueline Jessica Suaña Gómez
Médico Neurocirujano del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, Lima-Perú
La profesión médica, tanto en la formación como en el ejercicio, se fue organizando e institucionalizando de tal manera que hacia fines del siglo XVIII tenía una estructura bien jerarquizada. En medicina y en las demás actividades comerciales, económicas, militares, náuticas, empresariales, artesanales, etc. se hizo evidente la predominancia masculina. En cambio, a la mujer se le reservó el accionar a actividades ligadas directamente con las labores caseras y el cuidado de los hijos; la educación era exclusiva para los varones, por lo que las universidades no admitían mujeres.
En el siglo III a.C., Agnódice fue a Alejandría a estudiar medicina y obstetricia, llegando a ser discípula de Herófilo; en aquel entonces era prohibido que las mujeres ejercieran la medicina por lo que tuvo que disfrazarse de varón.
En las últimas décadas estamos asistiendo a una mayor participación femenina en la carrera médica, así ha venido ocurriendo una mayor incursión de las mujeres en las actividades científicas en general, antaño consideradas patrimonio exclusivo de los varones.
Históricamente, el rol de la mujer en el Antiguo Perú también fue el de ayudar a los enfermos en la casa, el de partera y el de curandera. Ya en la Colonia, esta última función fue excepcional pues se corría el riesgo de ser acusada de bruja.
Hacia fines del siglo XIX, las mujeres no podían acceder a la educación secundaria y superior y se desarrolló una corriente feminista, paralela a la que se llevaba a cabo en el resto del mundo, que llevó a las mujeres a exigir igualdad de oportunidad y de trato para trabajar fuera del hogar, derecho a recibir educación secundaria y superior, entre otros reclamos. Recién a partir del 7 de noviembre de 1908, con la Ley N°801, las peruanas pudieron matricularse sin observaciones en las universidades.
La primera doctora en Ciencias fue Laura Esther Rodríguez Dulanto (1898) y bachiller en Medicina (1900).
La elección de una especialidad presenta algunas dificultades, que hacen declinar a las recién egresadas a elegir ciertas áreas, optando por especialidades clínicas o sólo algunas especialidades quirúrgicas como ginecología y obstetricia, en donde existe menos discriminación de género y las posibilidades de crecimiento son mayores. La percepción de que la cirugía demanda demasiado tiempo, que el trabajo durante la residencia es extremo y que el estilo de vida de los cirujanos no es compatible con una vida familiar y social plena, desalienta a muchas mujeres de hacerse cirujanas. Contrario a los hombres, las mujeres reducen sus horas de trabajo cuando tienen más hijos.
Diana Beck, del Reino Unido, fue la primera neurocirujana, en 1939. A partir de entonces, la participación de las mujeres empieza en otros países, como Turquía en 1959 e Irán en 1984. En 1961, la Dra. Ruth Kerr Jakoby se convirtió en la primera mujer diplomática de la American Board of Neurological Surgery.
En Latinoamérica, la primera neurocirujana de esta región fue mexicana, la Dra. María Cristina García Sancho y Álvarez-Tostado, en 1951.
La Dra. Blanca Beatriz Consuelo Neira Canales (1941-2005) ha sido la Primera Mujer Neurocirujana del Perú y en Sudamérica. Nació en la ciudad de Arequipa el 1 de abril de 1941. La segunda de siete hermanos, Blanca estudio la primaria y secundaria en el Colegio Sagrados Corazones de Arequipa, obteniendo Medalla de Honor. Desde entonces destaca su liderazgo, participa con entusiasmo en el coro, teatro y estudios de piano en la Escuela Regional de Música.
Motivada por su espíritu de Servicio decide ser Médico. Ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de San Agustín de Arequipa en 1958; en segundo año de carrera realiza su traslado a la Universidad Cayetano Heredia en Lima, culminando con el 4to lugar de 55 alumnos en el cuadro de mérito de la Promoción, dándole opción de elegir el Hospital Guillermo Almenara Irigoyen (ex obrero) para realizar el internado médico en 1965. Obtiene el título de Médico Cirujano el 10 de Octubre del 1967. Impresionante, era incansable, gran lectora, siempre tenía un libro, una revista, un artículo delante de los ojos.
El Residentado Médico en el Perú se inicia con la Modalidad Escolarizada el año 1973, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el Programa de Segunda Especialización con Resolución Rectoral 38145; es así que la manera de ser especialista era en forma no escolarizada, al inicio como asistente libre, sin remuneración y después de muchos meses o a veces años, recién se realizaba un contrato por 3 meses renovable; solo dependía del Jefe del servicio el que pasado el tiempo hiciese contratar como médico asistente, por lo que para acceder a la modalidad escolarizada, de especialista se tenía que demostrar con documentos los años de trabajo, número de operaciones y asistencia a congresos de la especialidad.
Es así como la Dra. Blanca Neira, al decidir seguir su vocación para convertirse en Neurocirujana, inicia la especialidad en el hospital Guillermo Almenara cuyo Jefe fue el doctor Esteban Rocca Costa, pionero de la Neurocirugía en Perú.
El Dr. Rocca acepta a Blanca con el compromiso de PALABRA de no contraer matrimonio durante el tiempo que duraba la formación, (condición que no se aplicaba a postulantes varones).
El 20 de Abril de 1974 obtiene el Título de Especialista en Neurocirugía otorgado por la Universidad Cayetano Heredia.
Blanca Neira realizó un trabajo arduo en el Hospital y se convirtió en la Principal asistente del Dr. Rocca en su consultorio privado y en el manejo de los pacientes de la Clínica Italiana.
Era la que más trabajaba con los niños que nacían en el Hospital Guillermo Almenara, en la corrección de patologías de Mielomeningocele e Hidrocefalia; en esos años el seguro social no estaba abierto para los hijos de los asegurados y se veían muy pocos casos de niños. Con el tiempo y cambios de las leyes se incrementaron los casos en niños y la Dra Neira fue la encargada de desarrollar la Unidad de Neurocirugía Pediátrica del hospital.
Tuvo mucho interés en la cirugía Transesfenoidal, cuando dicha técnica se iniciaba en el Perú, entabló una gran amistad con el Dr. Hardy.
De esta manera, todo su ejercicio profesional lo desempeñó en el Hospital Almenara; alternando con práctica privada en la Clínica Italiana y desde 1980 en la Clínica Padre Luis Tezza, hasta su fallecimiento.
La Docencia Universitaria la ejerce desde el hospital con internos y residentes, dictando clases magistrales en su Alma Mater, la Universidad Cayetano Heredia. Representó a la Sociedad Peruana de Neurocirugía en eventos científicos, presentando trabajos de investigación a nivel nacional e internacional.
Era maravillosa persona, curiosa, disciplinada, puntual, muy estudiosa y dedicada plenamente a la neurocirugía y respetaba al ser humano como tal.
Las residencias quirúrgicas implican una condición mucho más compleja. Para tomar la decisión de realizar una residencia quirúrgica, la mujer tiene que considerar diversos factores, entre ellos, la dificultad de ingresar en un mundo dominado generalmente por hombres, en donde habrá que demostrar la capacidad con el doble de esfuerzo. Una vez dentro de la residencia quirúrgica, los obstáculos a los que tendrán que enfrentarse van desde discriminación de género, embarazo y familia, hecho que quizá influyó en Blanca en la decisión de no casarse.
Nunca cerró las puertas al amor, pero por el hecho de volar tan alto, le fue más difícil encontrar a su par; sin embargo ello no le restó felicidad.
Otra faceta de su trayectoria en esta vida fue la de defender la vida del no nacido desde la concepción. Desde el Centro de Promoción Familar y Reconocimiento Natural de la Fertilidad (CEPROFARENA) dio la batalla, llegando a ser Presidenta de la Institución, posteriormente abre ruta con la Coordinadora Unidos por la Vida, activista nata, pionera para logros como lograr que el Día del NO Nacido se estableciera por Ley del 2002, el 25 de Marzo de cada Año.
En paralelo entra en la lucha de la Marcha por la Vida, gestora de la 1ra Marcha y del Primer Congreso Internacional por la Vida.
La Dra. Blanca Neira falleció el 1ro de Mayo del año 2005 a la edad de 64 años, su entierro fue un Homenaje digno a su trayectoria de vida.
Aunque algunas mujeres todavía vivieron experiencias difíciles durante su formación o ejercicio profesional, la situación general ha cambiado, ya que hoy en día se ha promovido un trato respetuoso y ético no solo hacia las mujeres, sino hacia todos los residentes otorgándoles mayores oportunidades quirúrgicas dentro de su formación con trabajo y respeto, las mujeres hemos logrado tener cada vez mayor presencia dentro del campo de la Neurocirugía, y se espera que el número de mujeres que decidan especializarse en neurocirugía lo puedan hacer sin tener el estigma del tema de la equidad de género y con una conciencia igualitaria para su desarrollo humano y proyecto de vida profesional.
Agradecimiento :
Debo agradecer de manera especial a la Ps. Isabel Neira Canales (hermana de la Dra. Blanca Neira, Dr. Alejandro Rosell Ortiz, Dra. Azucena Dávila Málaga y Dr. Jaime López Calle, gracias a su colaboración y contribución en información pude realizar la presente Biografía.